Soy Ana Deza, maestra de Audición y Lenguaje y quiero a trasvés de este blog proponer actividades y enlaces de interés para las familias y tutores de mis alumn@s.

FRASE:

"Quien se atreve a enseñar, nunca debe dejar de aprender.” John Cotton Dana."

domingo, 22 de mayo de 2011

Perfiles Sensoriales en niños con Trastorno Autista

Sensibilidad sensorial es clave para entender la conducta




La interacción y modulación de los sentidos pueden hacer a un niño irritable e hiperactivo o bien, de respuesta lenta y poco empático.
La Teoría de Integración Sensorial, expuesta en 1979 por la terapeuta estadounidense Jean Ayres, se define como un proceso neurobiológico que organiza la sensación del propio cuerpo y del ambiente, percibida a través de los sentidos, y hace posible manejarnos adecuadamente en él. Hay veces en las que una persona puede mostrarse más o menos sensible a determinados estímulos, repercutiendo en su comportamiento que puede llegar a ser “exagerado” o bien, muy pasivo.

La terapeuta ocupacional argentina y seguidora de esta corriente, María Sol Meotto, quien ofreció  un taller para padres y profesionales en el Cep de Almería invitada por el COI ( Centro de orientación Integral) , destacó la importancia de considerar estos perfiles sensoriales en los niños con autismo y Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD) a la hora de abordar estrategias de tratamiento.
La experta explicó que, además de los mecanismos sensoriales identificados: olfato, vista, oído, gusto y tacto, existen los sentidos centrados en el cuerpo. Estos son los sistemas táctil, vestibular y propioceptivo, responsables de entregar información sobre el cuerpo y sus límites, donde termina el “yo” y comienza el mundo. Permiten sentirnos seguros de nuestro ser en el espacio e influyen en la interpretación de la información visual y auditiva.

De más a menos
La modulación y desempeño de estos sistemas proporcionan un nivel de alerta apropiado necesario para atender, comportarse y aprender. Sin embargo, cuando existe un desorden en esta graduación se presenta una dificultad en la capacidad para percibir el mundo físico y para regular el grado, intensidad y naturaleza de la respuesta a un determinado estímulo sensorial.
Es decir, se puede responder de una manera “exagerada” (hiperresponsividad sensorial) o pasiva (hiporresponsividad sensorial). En el caso del primero, un niño puede reaccionar de forma emocionalmente negativa y sentirse inseguro ante determinados ruidos, colores, olores y tactos. El segundo por el contrario, busca estímulos que podrían percibirse como incómodos o dolorosos para la mayoría de los pequeños (empujar, apretar fuerte los objetos y personas, etc.).

A juicio de Meotto, es necesario que tanto padres como profesores y profesionales que trabajan con niños aprendan a observar e identificar las respuestas que cada niño ofrece ante determinados estímulos, ya que de ello dependerá la forma de enseñanza y las herramientas a utilizar, para garantizar que el proceso sea efectivo.
A partir de hoy comenzaremos a mirar y observar a nuestros alumnos con una lente diferente e intentaremos  captar la respuesta que presentan ante diversos estímulos sensoriales y como poder establecer estrategias de intervención.